lunes, 22 de noviembre de 2010

¿ Hacia una teoría social única ?

En épocas pasadas, el conocimiento existente formaba parte de alguna de las ramas de la filosofía. El progresivo avance de la ciencia fue limitando paulatinamente sus alcances.

Así como algunos filósofos establecieron sistemas completos, o sistemas de conocimientos ordenados y sustentados en algunos principios, o supuestos básicos, en nuestra época ha de ser posible establecer un “sistema científico”, es decir, una teoría general de las ciencias sociales que sea compatible con el conocimiento aportado por las distintas ramas de la ciencia experimental.

Además, es de esperar que en el futuro no sólo sea compatible con ese conocimiento, sino que lo incluya como parte de tal teoría.

¿Qué debe incluir tal teoría?

Immanuel Kant escribió: “Toda filosofía es teórica o práctica. La filosofía teórica es la regla del conocimiento; la filosofía práctica es la regla del comportamiento en lo que atañe al libre albedrío” (De “Lecciones de Ėtica”). En esta expresión aparecen los dos grandes temas de la filosofía y de las ciencias sociales:

a) Teoría del conocimiento
b) Teoría de la acción ética.

De ahí que una teoría general de las ciencias sociales deba partir de principios simples, accesibles a la observación directa, que abarquen estos dos aspectos básicos del comportamiento humano.

La respuesta de la Psicología Social

Algunos autores definen a la Psicología Social como “el estudio científico de la actitud”, siendo la actitud la respuesta característica de cada individuo ante diferentes estímulos y que, además, materializa lo que comúnmente denominamos “personalidad”.

Podemos mencionar la definición establecida por F. H. Allport: “Una actitud es una disposición mental y neurológica, que se organiza a partir de la experiencia que ejerce influencia directriz o dinámica sobre las reacciones del individuo respecto de todos los objetos y a todas las situaciones que les corresponden”.

Es oportuno mencionar que la actitud característica presenta dos componentes principales:

a) Componentes afectivas
b) Componentes cognitivas

Aquí vemos que existe una coincidencia con los objetivos de la filosofía (según la expresión de Kant antes mencionada). Vemos que, a partir de ciertos atributos asociados a todo individuo y que caen bajo la perspectiva de la ciencia experimental, tal el caso de la Psicología Social, es posible construir las bases de un sistema científico en lugar del filosófico.

Componentes afectivas

Teniendo presente las dos tendencias del comportamiento humano (cooperación y competencia) podemos describir las componentes afectivas, o actitudes básicas, que cubren la totalidad de las respuestas afectivas posibles.

Así tenemos al amor (permite compartir las penas y alegrías de nuestros semejantes) como la actitud cooperativa esencial. También tenemos al odio (permite responder con alegría al sufrimiento ajeno y con tristeza por la felicidad ajena) como la actitud competitiva esencial.

El egoísmo implica interesarnos solo por cada uno de nosotros mismos mientras que la inacción esta asociada a la negligencia (no interesarnos por los demás ni tampoco por nosotros mismos).

Componentes cognitivas

También en el caso de las componentes cognitivas podemos orientarnos con las tendencias hacia la cooperación y hacia la competencia.

Habiéndose establecido previamente una descripción del procedimiento natural del conocimiento, establecido mediante “prueba y error” (asociado a la comparación de toda nueva información con alguna referencia) podemos decir que las componentes cognitivas de la actitud vendrán materializadas con la referencia preponderante adoptada por cada individuo.

En el caso de la tendencia a la cooperación, podemos decir que la referencia adoptada es la propia realidad. Ello implica que el individuo tiene cierta necesidad por conocer la verdad, que es común a todos los seres humanos (por lo que se justificaría asociarla a la cooperación). De todas formas, se hace tal asociación para tener una analogía formal con las componentes afectivas, si bien no es tan evidente que la búsqueda de la verdad siempre implique una actitud cooperativa.

La tendencia a la competencia la podemos asociar a la adopción, como referencia, de la opinión de algún líder religioso, político, filosófico o científico. El individuo se somete intelectualmente y “apuesta” a la veracidad total de lo expresado por el líder elegido. De esa forma se asegura estar en la cima del mundo intelectual.

Debe aclararse que es distinto el caso del que toma como referencia a la realidad y que, en sus intentos por acercarse a la verdad, adopta las opiniones de otros como una ayuda para conocerla mejor, mientras que el sometido intelectualmente llega incluso a despreocuparse por la realidad y por la verdad.

La tendencia egoísta podemos asociarla al que considera como referencia a su propia opinión sobre la realidad. Ni siquiera confía en las opiniones de los que más saben sobre algún tema considerado.

Finalmente, asociado a la negligencia, podemos mencionar al hombre masa, que toma como referencia lo que está generalizado; a lo que opina y cree la mayoría.

Atributos de las actitudes

Es necesario decir que las componentes básicas se dan, en general, como una mezcla de dos o más de ellas en una misma persona. Además, estas actitudes personales pueden cambiar debido a la interacción social. Podemos sintetizar al conjunto de las componentes de la actitud:

Componentes afectivas: amor, odio, egoísmo, negligencia.

Componentes cognitivas (referencia): realidad, líder, uno mismo, los demás.

En este esquema está implícito el “debe ser” que no es otra cosa que la optimización de lo que el individuo “es”.

Si deseamos acentuar nuestra esencia cooperativa, debemos intentar compartir el sufrimiento y la felicidad de los demás, mientras que, simultáneamente, debemos tomar como referencia a la propia realidad quedando libres de toda tendencia competitiva